Crítica de Y la cama sin hacer

Lo que sí que odiaré de esta película con saña es la estética de la fiesta y el arte. Igual porque sé con certeza absoluta que mi hábitab natural festivo no está ni en las discotecas de Ibiza ni en la trastienda del mundo de los artistas que viven en comuna, pero sospecho que esa parte de la película va a envejecer rapidísimo (continuación)