Crítica de Cinempatía

Cada movimiento, cada momento está sobrecargado, cada escena dotada de una trascendencia que impide la naturalidad, que evita cualquier atisbo de emoción. Hay una escena en la que Ana dice no buscar la profundidad en sus pinturas, sino apostar por la sencillez. Justo lo opuesto a lo que Medem ha querido hacer con “Caótica Ana” (continuación)